La urraca europea, de la que en España
contamos con una subespecie ('camtschatica'), ha demostrado ser una de las
criaturas más inteligentes estudiadas hasta la fecha, no sólo entre las aves,
sino dentro del reino animal, tal y como se extrae del artículo de Emery y Clayton, ("The mentality of
crows: convergent evolution of intelligence in corvids and apes". Science 306 (5703): 1903–1907) , donde
sus habilidades cognitivas se equiparan a las de los grandes simios
(chimpancés, orangutanes…), especialmente en las áreas de flexibilidad,
comportamiento social, razonamiento causa-efecto, pensamiento prospectivo o
imaginación.
De
hecho, dentro del comportamiento social, las urracas europeas han sido
observadas llevando a cabo, en cierto modo, rituales funerarios, tal y como recoge Bekoff (2009) (“Animal emotions, wild justice and why they matter: Grieving magpies, a
pissy baboon, and empathic elephants”. Emotion, Space and Society. Elsevier.
pp.1–4.), donde se indica que incluso llegan a colocar ramas o hierbas
sobre el cadáver.
Además, se ha
observado a miembros de esta especie partir, empleando herramientas o su propio
pico, la comida en trozos pequeños para alimentar mejor a sus crías.
Más allá de lo
social, son una de las pocas especies no pertenecientes a los mamíferos capaces de reconocerse a sí mismos en
reflejos, (de Waal, Frans (2009). The Age of Empathy:
Nature's Lessons for a Kinder Society. New York: Harmony Books. p.149. )
Anatómicamente, las urracas presentan una relación masa cerebral-masa corporal
similar a la que se podría encontrar, también, en grandes simios como los
anteriormente citados.
Estas
cuestiones hacen de la urraca europea (Pica
pica) una especie de gran interés para estudios de Etología, Psicología
comparada o Ecología del comportamiento.